Crónica 5: La Historia Interminable de Michael Ende

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Historias que marcan V

Llegamos al último capítulo de esta serie de entradas dedicadas a las obras de fantasía que forjaron mi camino como lector de fantasy. Tras Potter, Simón, Frodo y Tyrion Lannister –y muchos más de Martin-, Bastián apareció gracias a un regalo, con el que pude partir a un viaje revelador y jodidamente hermoso.

Fue el año 2014 cuando, tras una serie de reflexiones, investigaciones y mucha meditación, tomé una decisión importante: iba a leer literatura fantástica. Todo lo que pudiera, sin importar modas o críticas. De todas las épocas, desde la Epopeya de Gigamesh hasta… pues hasta cansarme o hasta nunca acabar. Ya había leído a Rowling, Martin, Tolkien y Williams, pero era hora de seguir explorando. Así di con la Historia Interminable, que no sabía que era un libro en ese momento, solo recordaba la película y de manera muy vaga. Puedo decir que cuando leí esta historia, lo hice sin tener presente la adaptación cinematográfica, creo que nunca supuso un filme decisivo en mi infancia como a muchos otros. Y así terminé, de hecho, el 2014: en Fantasía. Virgen.

Una obra con respuestas

Si alguna vez alguien me pregunta por qué me gusta la fantasía, le diría que agarre un ejemplar de esta obra y se lo lea. Ahí están las respuestas. Incluso si uno mismo no sabe por qué este género lo vuelve loco, Michael Ende te lo aclara estupendamente. Es un canto a la Fantasía, tanto que así se llama el mundo donde se desarrolla la trama. Una historia dentro de una historia y así hasta el fin. Un bookception. Además, Bastián es un niño con el que los lectores fácilmente nos nos podemos identificar, ya que él también busca refugio en las letras impresas. En su ansía por evadirse de la fuckin realidad, este pequeño formará parte de un mundo lleno de sueños, suculento en imaginación, pero que por la -fuckin- realidad, está muriendo y siendo consumido por la Nada. Lo que es aún más interesante es que Bastián, una vez en  Fantasía, se deja consumir por ella, alejándose de la –fuckin, pero importante- realidad, conllevando una pérdida de identidad que lo convierten en un tirano insoportable.

Es importante recalcar la presencia simbólica de la serpiente uróboros –de hecho acabo de leer la obra del mismo título escrita por E. R. Eddison y sigo maravillado-, y aquí llamada AURYN, que en esta obra son dos serpientes mordiéndose las colas, reflejando un ciclo eterno. Son la Realidad y la Fantasía encontradas, siempre unidas y nunca separadas. El mensaje es claro y es lo que más me impactó de este libro: no porque estemos hartos de nuestra FUCKIN realidad, significa que debamos enclaustrarnos de la misma y no reconocerla. Porque Fantasía es pletórica, radiante y bella, por tanto nos puede que nos olvidemos de quiénes somos y no seamos capaces de reconocer nuestro entorno. Y el equilibrio debe ser importante.

Los personajes son todos muy excéntricos, como la mismísima Emperatriz Infantil y muchos de los monstruos que parecen salidos de pesadillas. Recuerdo a Ygrámul El Múltiple, capítulo que sí me dio bastante repelús –similar a la Ella-Laraña de Tolkien-, pero también está el entrañable Fújur, el famoso dragón perro de la cinta -curiosamente, ahora los hacen parecer gatitos: Cómo Entrenar a tu Dragón, por ejemplo-. La primera parte es quizá la más fascinante y trepidante, pero la segunda no deberíamos desmerecerla, suele decirse que baja el nivel –aunque sí es densa-, pero porque es la parte más introspectiva –el capítulo de Graógraman la Muerte Multicolor es una joya-, aunque el final es el perfecto cierre a una obra redonda y emocionalmente impactante. La sensación que me dejó al terminarlo fue clara: supe que no había errado en mi decisión de dedicarme a este género, este libro era mi reafirmación y tengo muchas ganas de releerlo. Es verdad que es un libro al que siempre querremos regresar.

Fuckin realidad

Ojalá no me pase, pero he leído casos de lectores del género a los que se les critica por leer esta literatura considerada en muchos círculos como para “adolescentes”, con cero valor literario, y un sinfín de falacias más. No me cabe duda que muchas obras del género -y en todos- son así, hechas solo para entretener y vender masivamente, de ahí la mala reputación. Eso no significa que todos los que leemos Fantasía seamos unos “emos” antisociales  e incapaces de reconocer nuestra realidad. La mayor parte de la literatura, hay que apuntar, está hecha para evadirnos de ella por un rato, para perderse en otros mundos o países y meternos en la cabeza de otras personas. Y, aun así, hay obras que reflejan la fuckin realidad, incluso en la literatura fantástica, en donde muchos autores –sobre todo actuales- no se cortan a la hora de hablar de egoísmo, muerte o salvajismo humano. Su valor está en afrontar de una manera diferente la realidad –me pregunto cuántas veces he repetido esta palabra en esta reseña-.

Es una de las razones por las que me choca que las editoriales -hola, Alfaguara- se empeñen en encasillar este libro en las secciones infantiles. No es que un niño no pueda leerla -estoy seguro que la amará- y que es para venderla mejor. El problema es que hay muchos adultos que se las dan de "maduros" y han olvidado su infancia, creen que libros de ese tipo no pueden ser para ellos. Y la Historia Interminable nos habla a todos, al mundo, de forma atemporal.

Ese es el gran añadido del género y de la Historia Interminable. No te dice que en Fantasía sea todo maravilloso y debamos quedarnos ahí para siempre, sino que no puede vivir sin su otra mitad, así como nosotros. George MacDonald, Dunsany, Tolkien y otros autores han escrito sobre faerie y la fascinación que esta nos causa como humanos, pero que al final nos hace añorar nuestro hogar, nuestra tierra, querer regresar –como Jack en Lost-, por muy cabrón que sea el entorno, pues no nos reconoceremos del todo en ese lugar mágico, no para siempre. Es la dualidad inherente, inacabada y trágica, pero también la gran maravilla que nos retrata con tanto amor y tanto atino, el alemán Michael Ende.

Sobre los autores mencionados, ya tocará hablar de ellos, porque son otras historias y deben ser contadas en otra ocasión.

¿Cómo conseguirlo?

De las cinco Historias que Marcan que reseñé, salvo Añoranzas y Pesares, las demás las encuentras en cualquier tienda comercial de libros en México. La Historia Interminable también es muy fácil de conseguir, con precios que van de los 130 a los 250 pesos. Incluso en librerías de viejo de la calle Donceles en el Centro Histórico de la Ciudad de México se puede encontrar alguna edición viejita, pero hay que puntualizar un detalle. Hay ediciones en las cuales las palabras están escritas con tinta roja y verde, representando un color fantasía y otro realidad; mientras que otras no, la tinta en común y corriente. Lamentablemente, yo tengo una edición simple sin ese colorido añadido, que cuesta unos 150 pesos y es de Punto de Lectura. Aún así, eso no me impidió disfrutar la narración, además de que me lo regalaron, pero es un detalle lindo que seguro a muchos les supondrá un gran añadido.

Mi edición

Calificación: Cinco espadas

Lo Mejor
  • Bellamente narrada y redonda en su construcción
  • Responde qué es, por qué te gusta y dónde está Fantasía
  • Abunda en la importancia de integrar lo maravilloso con lo "real" y viceversa
Lo Peor
  • La segunda mitad del libro se puede hacer pesada
  • Que "se acabe"
  • Sus adaptaciones al cine no rascan ni la superficie

 Otras reseñas de la blogosfera

http://www.palabrasyletras.com/p/sobre-este-blog.html
http://www.eltemplodelasmilpuertas.com/critica/historia-interminable/640/
http://elalijo.com/resena-la-historia-interminable-de-michael-ende/
https://marimarus.wordpress.com/2013/03/13/resena-la-historia-interminable-michael-ende/
http://adictos-a-los-libros.blogspot.mx/2015/01/resena-la-historia-interminable.html

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3 comentarios

  1. Hola Elihú :)
    Una entrada preciosa e inspiradora. La Historia Interminable fue un libro que leí cuando era tan solo una niña y me encantó. Son de aquellos libros, que te marcan para siempre, su magia te atrapa sin remedio y nada vuelve a ser lo mismo. Recuerdos que siempre quedan en tu mente para siempre. En fin, que tiempos jejeje.
    Sobre como lo clasifican las editoriales, yo tampoco lo veo correcto. Por ejemplo, a Tolkien lo encasillan como literatura juvenil, algo que en lo que no estoy de acuerdo, ya que debería de estar también en adulto. Dicen que se clasifica así según que tipo de escenas contenga...algo así como la clasificación en series y películas. Algo totalmente desacertado, la verdad.
    Gracias por hacerme recordar esta maravillosa historia.

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    Respuestas
    1. Ah, ¿de verdad a Tolkien se lo marca como infantil? El Hobbit lo entendería, pero Lord of the Rings... vaya estupidez.

      Sobre la Historia Interminable me arrepiento un poco de no haberlo descubierto en mi infancia como muchos otros, pero eso no impidió que me marcará de igual forma.

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