Lo que me parece inconcebible es que muy pocos hayan leído esta historia tan divertida y original, siendo que la película es un clásico de culto que, por alguna razón, en México no tuvo tanta repercusión como, por ejemplo, La Historia Sin Fin. Ambos casos son similares precisamente porque su fama proviene más de una adaptación cinematográfica que, siendo bastante sobresalientes, no se acercan a la maravilla de sus originales literarios.
William Goldman apela a la metaficción como recurso para contar esta historia, es decir, La Princesa Prometida es una ficción dentro de una ficción. La primera ficción proviene del propio autor, que nos cuenta el proceso de adaptar y recortar las partes aburridas de una obra escrita por un autor inventado, para solo dejar las "partes buenas", mientras que la segunda es la historia en sí, la cual es narrada con un despliegue de recursos narrativos muy ingeniosos, con mucha comedia y burla a historias de aventuras y amor que suelen tomarse demasiado en serio, todo ello combinado con la intervención de Goldman cada dos por tres para explicarnos, con mucha ironía, por qué decidió contar tal situación de tal o cual manera.
Para los que nunca vieron la película, basta decir que el quid de la cuestión es el amor entre la bella Buttercup y el granjero Westley, un amor envuelto en accidentes trágicos, secuestros, asesinatos, luchas con un ambicioso noble y el florido reparto de secundarios como son el gigante Fezzik, el espadachín Íñigo Montoya y el genio Vizzini. De hecho, si bien Westley y Buttercup son bastante clásicos en su concepción, ellos brillan más cuando el resto de personajes hacen acto de presencia, pues están muy bien desarrollados y las personalidades de cada uno, con sus peculiaridades, los convierten en un placer de leer. No cabe duda que esta es una fábula como ninguna otra.
Además, aquí encontraremos más backround tanto de Íñigo como de Fezzik, por mucho los mejores personajes de la novela. En la película, aunque también eran memorables, no recibían un tratamiento tan a fondo como en el libro, por lo que no crean que ya lo saben todo solo con haber visto la cinta. Y la historia ficticia sobre el tal S. Morgernstern le añade otro tanto a esta obra tan metareferencial, que brinda un homenaje (y algo de velada sátira) a las mejores novelas clásicas de aventuras.
Me es difícil dar una razón para que no lean el libro. Sin duda algunos verán como punto flojo, precisamente, las intervenciones de Goldman, pues mientras uno está divirtiéndose mucho con las vivencias de los personajes, el autor interrumpe, por lo que más de uno lo hallará cansino y se sentirá fuera de la historia. Por otro lado, hay muchas situaciones absurdas, que aunque claramente son escritas así a consciencia, a algunos les podrá desesperar.
No obstante, en mi caso he disfrutado esa irrupción del escritor, pues es muy irónico e irreverente. No busca causar la carcajada, pero las sutilizas de su humor provocan que te la pases bomba leyendo el libro. Esta estructura poco vista en una historia que a priori es convencional, logra una frescura en la narración que vuelve entrañables a todos los personajes.
Y por todo lo anterior es por lo que han convertido a La Princesa Prometida en uno de mis libros favoritos.
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¡Hola!
ResponderBorrarTe nomine al Book Tag: Liebster Award, es para ayudar al crecimiento de los blogs pequeños y conocernos entre todos. Si gustas hacerlo, aquí te dejo una idea.
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¡Hola! Aún no he leído el libro pero le tengo muchas ganas, la película me encanta, especialmente el guion. Me has ganado por completo con tu presentación: He descargado series de sitios pirata. Incendié mi pila de libros de matemáticas. He pasado la noche preocupado por lo que sucederá en el próximo episodio de Game of Thrones. He conocido reyes, peleado en batallas y amado doncellas... en los libros, al menos. Me llamo Elihú. No, no has oído hablar de mí. =) Me quedo por tu blog, me he sentido muy identificada.
ResponderBorrar¡Un abrazo!