Game of Thrones 6.07 y niñas de 10 con más huevos que tú

Con mejor ritmo que el anterior, llegamos al séptimo episodio. Solo nos quedan tres jornadas y sabemos que suelen ser las más explosivas en cada temporada. Este episodio sirve para apuntalar todo lo cocido en los capítulos anteriores. Además, los regresos de personajes siguen siendo la salsa de esta temporada.

¡El Perro ha vuelto! Ya, teníamos que gritarlo. Muchos lo daban por muerto, muchos otros no lo creían. Ciertamente, algunos lectores ya habían adivinado esto desde Festín de Cuervos, pero Georgito no lo ha confirmado. La serie lo hace -¡spoiler!-, pero es el precio por no terminar de escribir antes. Sandor Clegane es un personaje que gusta mucho, por su ferocidad y cinismo que contrasta con los ideales caballerescos y que en el fondo no es tan malo como parece, pero que es un hombre roto, uno de esos antihéroes estilo Berserk cuyo trabajo, como se lo recuerdan, aún no termina. Y, como dirían por ahí, este mundo no te deja ser bueno. Westeros, mucho menos.

Lo vemos en una vida reposada en compañía de un septón mendicante que ayuda a los heridos y desamparados, los inscribe a una especie de reunión de alcohólicos anónimos y ellos lo ayudan a construir un septo. Inspirado en el mismo septón que se encuentra Brienne en el cuarto libro, el septón Meribald, aquí nos pintan un curioso contraste con el Gorrión Supremo, quien afirma por activa y por pasiva hacer el designio de los dioses, mientras que este septón malhablado y arrepentido por verdaderas atrocidades indica que nadie puede saber lo que estos quieren; no es un fanático, simplemente busca un poquito de bondad en un mundo de cabrones que al final termina siempre por imponer su voluntad y, claro, por soltarle la correa al Perro.

Y en la sección de “es que en los libros”, tengo que expresar mi frustración porque no pusieran EL discurso de Meribald de Festín de Cuervos. Este episodio se llama “The Broken Man” y creí que saldría eso. Al menos Ian McShane hace una excelente labor en su cortísimo papel y si les suena de algo el actor es porque es de esos que salen en muchas películas como secundario y en muchas series, pero tal vez lo recuerden mejor como Barbanegra en la cuarta de Piratas del Caribe. Además, para los lectores de fantasía, será Mr. Wednesday en la adaptación de American Gods de Neil Gaiman que prepara Starz. Ahí es nada. Dato friki de la reseña aparte, les dejo el famoso discurso de los hombres rotos por si les gana la curiosidad (no olviden activar los subtítulos):

El odio impulsa al Perro y así parece que será siempre. ¿Cobrará venganza contra toda la Hermandad sin Estandartes? ¿Volverá a haber otro brutal combate contra Brienne y esta vez ganará? ¿O al fin se enfrentará a su hermano la Montaña –otro resurrecto- y le dará muerte como siempre ha querido? Lo que sea que haga, seguro disfrutaremos con ello.

La campaña para conseguir votos por parte de Jon y Sansa no va demasiado bien que digamos. Aunque tengan a un muy buen asesor como Davos –oigan, consiguió 62 hombres de los Mormont cuando parecía que no les darían ninguno-, los Glover los mandan a freír espárragos. Bosquespeso fue uno de los castillos tomados por la rebelión Greyjoy –de hecho, lo conquistó Yara, la hermana de Theon- y esta temporada nos dijeron que finalmente lograron sacar a los hijos del hierro. Lord Glover ya no confía en los Stark y parece que apoyará a los Bolton. Yo solo tengo que comentar que quedé encantado con lady Lyanna Mormont, ya desde la temporada pasada con la respuesta que le mandó a Stannis nos sacó a todos una buena sonrisa. Lo mejor es que no es una chiquilla respondona o chillona, tiene carácter. Nuestra nueva niña favorita.

Ante estos batacazos, Sonsa Bolton Lannister Stark recuerda que tiene otra opción. Sin duda le pide apoyo a Meñique, aunque también lo mandó muy lejos hace unos cuantos capítulos. Estoy seguro de que el ejército del Valle llegará en el último momento a salvar el día, pero que no se les olvide: no confíes en Baelish, al final saldrá con alguna jugarreta que nos dejará con el culo torcido.

Al fin aparece Bronn como la mano –a regañadientes- que le falta a Manita de Oro. Este dúo, como lo era con Tyrion, siempre tiene buena dinámica. Ante la incompetencia de los Frey de mantener un asedio –y de amenazar-, Jaimecito toma el mando del sitio a porrazos y decide parlamentar con Blackfish, a quien le tiene sin cuidado si matan o no a su sobrino Edmure –así de humillado te queremos ver en Outlander, Black Randall. Me encantó que para esta escena sí mantuvieran parte del diálogo de Festín de Cuervos. Brynden Tully le recuerda a Jaime la promesa que le hiciera a Catelyn sobre traer de vuelta a Sansa y Arya. Hombre, que ahí anda Brienne cumpliéndolo en su nombre, pero todo parece indicar que ambos no tendrán un reencuentro feliz, están luchando por causas diferentes. Yo, igual que Blackfish, estoy decepcionado. Me dueles, Jaime.

En Desembarco del Rey, santa Margaery debe fingir contrición y devoción ante el Gorrioncete y septa Shame, quien ni se inmuta ante las amenazas de lady Olenna. ¡Titanes estas dos mujeres! Como ya sospechábamos, Margie está jugando en secreto, sin duda para salvar a su casa y provocar la caída de los gorriones –y de paso de Cersei, por qué no, me hace falta un encontronazo entre estas dos. Ante la amenaza del Papa de ir contra la Reina de las Espinas, duck face le implora que se vaya y le deja un dibujito, que la reina también gusta del arte. Abstracto y contundente es: una rosa, el emblema Tyrell. Olenna puede irse a descansar tranquilamente, que su nieta sin duda lo tiene todo controlado… excepto a Cersei, a esta en cualquier momento se le van a ir las cabras.

Fue disfrutable ver cómo la viperina de Olenna le soltaba sus verdades a la reina madre. Todos te lo han dicho Cersei: no eres tan lista como crees que eres. Pero hay que recordar a su sombra, ese guardaespaldas vestido de oro que oculta un cadáver reanimado, el cuerpo del hombre más brutal y temible de todos los Siete Reinos. Olenna lo comenta de forma irónica, pero algo me dice que al final el plan de Cersei consistirá en eso: en cargárselos a todos. Mucho temo, sin embargo, por quien termine en el fuego cruzado. 

Pasemos del otro lado del mar. Sin duda, la flota Greyjoy tiene unos propulsores de esos que utiliza Littlefinger para su Meñiquemóvil. Theon y Yara andan en Volantis de putas, excepto Hediondo, que sin duda siente una picazón en su miembro fantasma. En la versión televisiva, su hermana es lesbiana y le gusta morder pezones. Chica, me caes bien. Además, su franqueza con su pequeño hermano sirve para que dejemos de ver al asustadizo Hediondo y recuperemos a Theon, uno más seguro de sí mismo, esperemos, y menos ansioso por poder y aceptación, más fiel a su deber.

El plan, cómo no, es ir con Daenerys, que anda muy solicitada. ¿Y qué le van a ofrecer? El tío Euron pidió mil barcos –los que necesita Dany para ir a Poniente- y los hermanos Greyjoy no tienen tantos, por muy rapidash que sean. Tampoco pueden sellar nada con algún matrimonio: Theon no tiene polla y a Dany le gustan los pilares y las piedras, no las tijeras de la Yara. Veremos en qué resulta todo esto, pero me da un poco de mala espina. Theon debería estar con Sansa, apoyando a la resurrección Stark o al menos ahí me gustaría que estuviera.

Y bueno, acabemos con lo que nos tiene mega preocupados y mordiéndonos las uñas. ¡Que han apuñalado a Arya! ¡Estúpida, mi Arya, idiota! Venga, también se lo ganó. Niña nadie, acabas de desertar de un culto de asesinos experimentados que se cambian la cara y que ya te habían advertido que si no cumplías te ibas a la Sala de los Rostros y tú vas tan pancha por todo Braavos como si cualquier cosa. ¿Tanto entrenamiento –mucho de ello aburridísimo- y nos sales con esto? Pero no, a ella sí no nos la maten, no aquí, no ahora. ¿En dónde encontrará ayuda? No lo sabemos, pero ojalá esta pésima alumna aprenda a no confiar en viejitas que te ofrecen dulces. ¡Ensártale tu Aguja a la niña malhumorada ya, por R’hllor!