La sexta temporada is coming, así como ese momento tan temido por los lectores de la saga de esa tortuga más lenta que Gran A’Tuin, George Martin, porque es cuando dejaremos de ser unos irritantes descerebrados que nos sentíamos privilegiados por saber de antemano lo que iba a pasar.

Así que súbanse a las faldas del abuelo para refrescar nuestras memorias. Sobra decir que hay spoilers del tamaño del Muro (el que avisa no es Frey).

En Desembarco del Rey las cosas no pintan nada bien para los Lannister tras la muerte de papaíto Tywin, aballestado con el trozo a medio cortar. Manita de Oro, para no quedarse sin su folladita incestuosa del mes, le promete a su hermanísima traer de vuelta a su hija Myrcella, quien fue enviada al reino de Dorne desde la temporada dos (si no te acordabas de esto: ¡Shame!).

Mientras, la reina ¡Shame! está apuradísima porque sabe que está vieja y ya no está buena (que no los engañen con la escena del paseo desnuda: ¡era una doble!), y duck face Margaery sí lo está, por lo que a la Reina Madre se le ocurre darle autoridad y poder militar a la Fe de los Siete para sacarse a los Tyrell de en medio, sin contar con que Lancelito, el primo al que también se follaba y no aparecía desde hacía tres temporadas confesaría al Gorrión Supremo sus arrumacos nocturnos.

En serio, alguien debería haberle explicado a Cersei que armar a una turba gorrionera de fanáticos religiosos nunca trae nada bueno. ¡Ponte a leer historia, Reina Vieja!

En resumen: la rosita Tyrell está prisionera por mentirle al Papa, la otra rosita por ¡gaaaaaay! Y Cersei cabello corto esperará juicio mientras la protege un sujeto sospechosamente parecido en altura a La Montaña (¡más zombies!).

Y en la que es la peor trama jamás contada, las vacaciones de Manita de Oro con Bronn los llevan al reino del que llegó el único e inigualable Oberyn Martell y así nos llevan conocer al resto de su nada inigualable y nada cool familia. 

En el que es el plan de rescate más ridículo jamás planeado (bueno, no olvidemos ese de la cuarta temporada con la hermana de Theon), el dúo se topa con el también ridículo plan de secuestro de una princesa perpetrado por tres de las 8 hijas de Oberyn, llamadas las Serpientes de Arena pero que para mí son Gusanos. ¡Qué horror de personajes!, remedos de Xena que están peor que la Mujer Maravilla de Batman vs Superman. 

Aunque resulta que Myrcella ni necesitaba ser rescatada, pues ella estaba muy pero muy bien fajando en un oscuro jardincito con su prometido Trystane (oh sí, oh sí, clávame tu lanza en mi sol, sucio Martell), pero como Ellaria está muy cabreada por la muerte de su amado, se venga matando a la niña, a pesar de que Oberyn se la pasó diciendo toda la cuarta temporada que en Dorne no lastiman a niñas (te merecías algo mejor, Oberyn).

En resumen: que Jaimecito tendrá que recurrir a su Manita de Oro para que se le deshinchen, porque no creo que tras esto su hermanísima esté por la labor.

Pasemos con el bajito Lannister, a quien encontramos engañado, pedo, crudo y desvelado, luego de haber sido casi cagado por su amado papi. Con él está el Calvo Escurridizo, quien le confiesa que todo este tiempo ha estado trabajando para poner a los Targaryen de nuevo en el Trono y lo convence para ir a buscar a la Dragon Queen, pero en su viaje nuestro enano preferido es capturado por nadie más y nadie menos que ¡Lord Friendzone! 

Este nuevo dúo dinámico se embarca en nuevas y excitantes aventuras (mejor que las de Jaime y Bronn, al menos) que los llevan por las ruinas de Valyria, en donde los atacarán hombres con cara escamosa y ¡OMG!, contagian a Ser Pagafantas y ¡ahora se convertirá en una fracking gárgola!

Pero tras todas sus peripecias al fin llegan con la gran Daenerys de la Tormenta, heredera de la Casa Targaryen, Reina de los Siete Reinos, Madre de Dragones, Rompedora de Cadenas, La que no arde, la… Maldita sea, ¡cuántos títulos!, dejémoslo en la Mil Títulos.

La Mil Títulos ha estado lidiado todo este tiempo con la realidad de que no tiene ni idea de cómo gobernar, ha perdido un dragón, encerrado a otros dos (¡mala madre!, alguien debe ponerla a ver Cómo entrenar a tu dragón) y, por si fuera poco, una panda terroristas se la pasan matando a los sin polla en cuanto los ven. 

Los Hijos de la Zorra, digo, Arpía, atacan entonces a Ser Barristan y ¡aaaah! ¡Lo matan! ¿Pero qué mierda es esto? Si ser Abuelo debía convertirse en Mano de la Reina cuando a esta se le ocurre dar un paseo volador en Drogon y… y… y además dejan vivo a Gusano Gris para que nos sigan atormentando con una historia de amor sin huevos con Missandei (¡el horror!).

Pero todo esto poco importará cuando los arpiosos lancen su atentado terrorista en los combates gladiadores de Meereen y de la nada aparezca Drogon para salvar a mami y, dado que ella está hasta los ovarios de todo, les deja el paquete a los demás (si está claro que la niña no sirve para la política). 

Así, Tyrion vuelve a una posición de poder y él será la Mano de la Reina, apoyado por su amiguis-miguis Varys. Mientras tanto, el fiel AMIGO de Dany y su NOVIO se embarcan en una heroica misión para medir sus espadas y encontrar a su amada, que se deja capturar por los Dothraki (hasta que se acuerdan de ellos), sin recordar que tiene a su disposición un dragón cerca...

Al fin, tras mucho vagar y divagar por Westeros, Arya Stark llega a Braavos para entrenarse en las nobles artes del asesinato (¿?) Encuentra a Jaquen H’ghar, que no es Jaquen, sino es Nadie, pero tiene la cara de Jaquen… eeeh, esto es muy confuso, ¡es Jaquen y fin! 

Así, nuestra Stark favorita aprende mediante ¡golpes con una fusta!, ¡más golpes por parte de una niña malhumorada! Y, por si fuera poco: ¡quedándose ciega! Pero si es que a esta chamaca le va peor que a Kvothe.

De vuelta a Poniente, esta vez nos trasladamos al Norte y a la polémica decisión de casar a Sonsa (ooootra vez) con el bastardo de Bolton… A ver, si David and Dan ya tienen en mente la famosa escena de la violación, ¿por qué rayos nos engañan presentándonos a una Dark Sansa que parece que dejará de ser Sonsa? Al final, volvió a ser la misma chiquilla asustada que necesita que la rescaten. ¡Vaya involución de personaje, madre mía! ¡Melisandre, a la hoguera a estos dos bastardos!

Hablando de hogueras, en el Muro, Stannis sigue especializándose en el arte culiniario de la barbacoa, añadiendo nuevos y jugosos ingredientes como Reyes Más Allá del Muro e hijas inocentes, convirtiéndose en el peor papá del mundo.

El rey que nunca fue y nunca será pretende recuperar Invernalia para que los norteños se unan a su causa, pero alguien debió decirle que si quemas a tu propia hija, tus hombres no te van a seguir. Así que Melisandre finalmente lo abandona, su esposa se cuelga de un árbol y como lo más lógico ante una crisis como esta es lanzar a tu inferior ejército contra el superior ejército de los Bolton sin ningún tipo de estrategia, pues ¡ni pedo, lo pago! Y así, señoras y señores, es como se destroza a un personaje. ¡A la hoguera!

Pero mientras todo esto sucedía, a Sansa al fin se le prende el foco (y la vela) y decide escaparse con ayuda de Hediondo para que, en otra impresionante muestra de lógica, se escapen saltando por una muralla de casi 10 metros… ¿qué esperaban? ¿Acaso de pronto la nieve se convertirá en una suave y acolchonada almohada?

A alguien me estoy olvidando en todo este menjunje… ¡Ah sí, a Brienne! Aparte de matar a mi Stannis (sufro como Precious), la tipeja solo tenía una misión: vigilar que Sonsa prendiera una mentada vela y cuando lo hace, la muy bitch no se da cuenta y decide ir a cargarse a mi personaje favorito (bueno, el Stannis de los libros) y no ayudar a quien esta muele y muele que debe proteger. A veces estos personajes me dan urticaria.

Y nos aproximamos al final de este gratuito y sensual resumen pasando a ver qué se cuece en el Muro. A Juanito Nieves lo ponen como Lord Comandante porque es chido y su fiel gordito Sam Gamyi… ah no, ese es otro Sam… Sam Tarly es muy convincente. Pero entre las pruebas que tito Nieves deberá superar estarán: rechazar convertirse en Lord Stark, cortar cabezas, aguantarse las ganas de poncharse a otra pelirroja y ¡redactar cartas!

Como se aburre de todo esto, le dice al Tormund que lo ayude a ir por los salvajes de Casa Austera y salvarlos del invierno que desde hace ¡6 años! está llegando. A su ahijado Olly esto no le parece y desde entonces le dedicará un par de miradas enfurruñadas de niño huele pedo (pero a ver: ¡si este bastardo mató a Ygritte!).

Bien dicen que cuando lo peor no puede llegar, efectivamente llega y en Causa Astera (¿o cómo?) llegan ¡los Caminantes, que al fin hacen algo! Otorgando así la mejor secuencia de acción jamás vista en esta serie y en toda la tele.

Allí descubrimos que el Acero Valyrio también mata a los azulitos, por lo que el Rey de la Noche le dice a Juancho: come at me, bro, dejándonos un par de fotogramas para los mejores memes de la quinta.

El niño huele pedo sigue cabreado con Juan de las Nieves, quien al regresar se entera que el gordis ¡ya está estrenado! Si son unos salvajes picarones este par. Pero tío Sam teme que la Gilly se tope con algún otro hermano más buenorro y lo deje en la friendzone como le pasó a Jorah con Daenerys, así que se inventa que quiere convertirse en Maestre para largarse. Y así lo dejamos: camino a Antigua, en donde se forman los Maestres, acompañado de Gilly y el pequeño Sam.

Pero, nuevamente, lo peor hace presencia. Varios miembros de la Guardia, como son cortos de entendederas y no se dan cuenta de que los Caminantes son el verdadero peligro, apuñalan a Juancito por traerse a los salvajes y entonces el Olly (¡hijo de fruta!) le da la puñalada final, cual Brutus a Julio César. 

Ay, Jon, pero si el maestre Aemon (será extrañado) te dijo que mataras al niño. ¿Por qué nunca le haces caso? Bueno, ya sabíamos que no sabía nada.